La emisión del sonido producido por el frote de una pua y un vinilo.

Hubo alguien, un impulso, un movimiento, movido a su vez por otra fuerza ajena, no sé, imagino. Entonces las celestiales notas van apareciendo, sinfonías astronómicas.  El sonido, el movimiento, el aire y la vida, empezaron a sonar. Y todo comenzó, haciendo saber de alguna manera que terminara. La tristeza apaga mi cuerpo al pensar la simple  imagen de la música llegando a su fin, desvaneciéndose.

¿Pero quién puso el tocadiscos?

Me dijeron que el sol había extendido su mano, y había acariciado el silencio, transformándolo en movimiento. Yo les creí.

Otros hombres me dijeron que alguien creó el trueno, que festeje el tiempo con cuidado, que todo podía ser todo.

Luego oí que alguien había creado todo, y había enviado a su hijo a contárnoslo.

Hay personas que me dicen que nada importa, solo el olvido y el gusto.

Todo me hace acordar a un niño y su pequeña prima, que  tirándose el pelo, le exigen al otro que suelte primero, sin lograrlo.

Lo único que sé, es que desde que tengo uso de razón escucho un tocadiscos…

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