Virgilio en la esperanza:

antes que digas nada,

te confieso que lo hice a propósito.

Es que aquello se veía venir:

un pasado condenado

a un futuro tormentoso.

Aprendí que adulto ,

es quien quiere

y se quiere bien,

sin hacer mal;

quién ayuda a volar

y lo hace.

¡Pero sin empujar che!

Que hay manos ancianas

de ojos sangrantes,

espíritus ardientes

con su expresividad herida

y las ollas vacías.

Cuidemos a las voces sin padres

de gargantas lastimadas

por gritar y no ser oídas,

tienen las alas resentidas

por donde soñar y no vivir el sueño

de la vida que siempre quisiste viva,

según la pared de un yo adolescente.

Esas viejas hechiceras de la noche

bicicleteando por las calles de tierra en la Reconquista santafesina,

curan a los adoloridos de palabra:

«Ronda de loba y tereré,

besos a las mejores tías del mundo,

a reír sin saber de qué con los primos.

Bañarse bajo la lluvia

con el temerario corazón de un niño

devuelve la vida»

Bueno, eso Walter,

vos y yo sabemos

que eran lo mejor

las tablas largas en la vereda,

Porque no es el pensamiento,

no es la palabra,

si no lo que hicimos

y lo que hacemos

Todo lo que tenemos es nada,

recuerdos y palabras,

que son eso,

todo y nada a la vez.

Aunque no pronunciemos,

aunque no recordemos,

sigue estando todo en un presente

consistente, suculento,

frágil, brillante y volátil.

Nunca estaremos injustamente solos,

incomprendidos,

hechos a un lado;

porque siempre hubo y habrá

un lugar para nosotros

en los parques de Argentina,

el cementerio,

y en mi mesa cuando tenga una,

obvio.

1 Comment

  1. Qué orgullo Martincho!!! Palabras sublimes!!! Corazón profundamente agradecido!!! Primo mio, pero más ahijado querido. El primero, con mis apenas 15 años!!! Por decisión de tus padres (mis tíos), por bendición de Dios y por que no, ya adultos, por elección de los dos!!! Te quiero entrañablentei!!!

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